El catedrático de Ecología de la Universidad de Alaska Fairbanks (EEUU), F. Stuart Chapin, adelantó ayer la posibilidad de que en menos de 50 años desaparezca el hielo del Ártico como consecuencia del calentamiento global, ya que se están produciendo cambios más rápidamente de lo que se preveía.
Chapin presentó ayer en la Fundación BBVA de Madrid los resultados de sus investigaciones sobre el calentamiento en el Ártico y sus efectos sobre el cambio global, así como la respuesta de las especies animales y vegetales ante el aumento de las temperaturas.
El investigador estadounidense consideró que vivimos un momento "crítico" para el futuro de la biodiversidad y del planeta e insistió en que las decisiones que los distintos países adopten hoy determinarán los cambios que ocurrirán dentro de 50 años.
A su juicio, los informes del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) de la ONU son "muy conservadores".
Según las investigaciones realizadas por el equipo de Chapin en la Universidad de Alaska, la nieve se funde cada vez más temprano en el Ártico, con lo que se acelera el cambio climático en la región, que experimenta en los últimos años las temperaturas más elevadas de los cuatro últimos siglos.
Sus datos revelan que la nieve en el Artico se ha derretido dos días y medio por década más pronto como promedio en los últimos 45 años.
En Alaska, en ese mismo periodo (desde 1961 a la actualidad) se ha producido un calentamiento del suelo en los meses de verano de 2 grados centígrados, que ha originado, a su vez, un calentamiento del aire, cuya temperatura se ha elevado en 2,7 grados, con lo que se han alcanzado las temperaturas más altas en los últimos 75 años.
Por otra parte, la prolongación de la temporada sin nieve ha permitido, según Chapin, la ampliación hacia el norte de Alaska del bosque boreal (árboles y arbustos) que, progresivamente, está colonizando las regiones anteriormente ocupadas por la tundra.
Multiplicación acelerada
Según sus estimaciones, si se mantiene el actual ritmo de expansión de los bosques, el calentamiento de la atmósfera en el Ártico podría multiplicarse entre 2 y 7 veces en las próximas décadas.
Chapin dijo que el adelanto de la fusión de las nieves árticas tendrá importantes impactos en las comunidades humanas y en las especies animales y vegetales que habitan el Polo Norte, entre las que citó el caribú.
El investigador destacó también el aumento de la frecuencia de los incendios en Alaska y de la temporada en que éstos se producen de junio a septiembre a medida que el clima se hace más templado, una tendencia que consideró va a continuar.
Así, entre 1950 y 2006 se registraron en Alaska 15 grandes incendios en los que ardieron unos 16 millones de hectáreas.
Chapin presentó ayer en la Fundación BBVA de Madrid los resultados de sus investigaciones sobre el calentamiento en el Ártico y sus efectos sobre el cambio global, así como la respuesta de las especies animales y vegetales ante el aumento de las temperaturas.
El investigador estadounidense consideró que vivimos un momento "crítico" para el futuro de la biodiversidad y del planeta e insistió en que las decisiones que los distintos países adopten hoy determinarán los cambios que ocurrirán dentro de 50 años.
A su juicio, los informes del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) de la ONU son "muy conservadores".
Según las investigaciones realizadas por el equipo de Chapin en la Universidad de Alaska, la nieve se funde cada vez más temprano en el Ártico, con lo que se acelera el cambio climático en la región, que experimenta en los últimos años las temperaturas más elevadas de los cuatro últimos siglos.
Sus datos revelan que la nieve en el Artico se ha derretido dos días y medio por década más pronto como promedio en los últimos 45 años.
En Alaska, en ese mismo periodo (desde 1961 a la actualidad) se ha producido un calentamiento del suelo en los meses de verano de 2 grados centígrados, que ha originado, a su vez, un calentamiento del aire, cuya temperatura se ha elevado en 2,7 grados, con lo que se han alcanzado las temperaturas más altas en los últimos 75 años.
Por otra parte, la prolongación de la temporada sin nieve ha permitido, según Chapin, la ampliación hacia el norte de Alaska del bosque boreal (árboles y arbustos) que, progresivamente, está colonizando las regiones anteriormente ocupadas por la tundra.
Multiplicación acelerada
Según sus estimaciones, si se mantiene el actual ritmo de expansión de los bosques, el calentamiento de la atmósfera en el Ártico podría multiplicarse entre 2 y 7 veces en las próximas décadas.
Chapin dijo que el adelanto de la fusión de las nieves árticas tendrá importantes impactos en las comunidades humanas y en las especies animales y vegetales que habitan el Polo Norte, entre las que citó el caribú.
El investigador destacó también el aumento de la frecuencia de los incendios en Alaska y de la temporada en que éstos se producen de junio a septiembre a medida que el clima se hace más templado, una tendencia que consideró va a continuar.
Así, entre 1950 y 2006 se registraron en Alaska 15 grandes incendios en los que ardieron unos 16 millones de hectáreas.
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