Reunidos en Luxemburgo, los ministros europeos de Justicia decidieron además incriminar los casos menores reincidentes, que causen el deterioro de la calidad del agua. De esta manera, la UE pretende disuadir a los profesionales del transporte marítimo, a quienes hasta ahora les resultaba más rentable pagar una sanción que adaptarse a la legislación protectora del medio marino.
No obstante, corresponderá a cada Estado miembro fijar el nivel de las sanciones penales, que deberán ser "efectivas, proporcionadas y disuasorias", con el fin de evitar enormes disparidades entre países a la hora de castigar un mismo tipo de infracción. "Se trata de un logro importante", había una necesidad de "sancionar de manera firme la contaminación del mar", declaró el ministro español, Francisco Caamaño.
Caamaño subrayó la importancia de haber establecido una responsabilidad para todos los actores, físicos o jurídicos, involucrados en la contaminación, incluidos los propietarios de la carga o las sociedades de clasificación que realizan informes técnicos sobre los buques.
La falta de una norma europea acerca de la cadena de responsabilidades fue "uno de los instrumentos que se echó en falta" cuando se hundió en noviembre de 2002 el petrolero 'Prestige' frente a las costas de Galicia, una de las peores catástrofes ecológicas registradas en Europa, recordó el ministro español.
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