La estación transmite los datos en tiempo real a la Universidad Politécnica de Barcelona y al CSIC.
La contaminación del litoral mediterráneo será estudiada in situ en el primer laboratorio submarino que se pone en marcha en España.
El bautizado como Observatorio Submarino Expandible (Obsea), instalado a tres millas de la costa de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), a 20 metros de profundidad, transmite en tiempo real a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) series de datos recogidos en el suelo marino, lo que permite estudiar el fondo del Mediterráneo a través de Internet.
Los investigadores Antoni Manuel, de la UPC, y Juanjo Dañobeitia, director de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, artífices del proyecto, creen que esta plataforma podrá estudiar «desde tenues variaciones en la temperatura y/o salinidad del agua, hasta señales acústicas procedentes de fuentes naturales para evaluar la contaminación acústica, así como la polución por residuos o el tránsito marítimo». Además, está previsto que en el futuro, según los científicos, podría utilizarse en la identificación de «riesgos geológicos, como la detección de terremotos y tsunamis, la monitorización de fallas sísmicas activas, erupciones volcánicas y desplazamientos submarinos, el estudio de la circulación oceánica, la variación del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos».
El observatorio puede aportar datos relevantes a su vez para el estudio del cambio climático, las interacciones físicas, químicas y biológicas que afectan a los organismos y ecosistemas marinos, los efectos ambientales provocados por los medios de transporte marítimos y el tránsito de los barcos en el puerto y la seguridad en el transporte de mercancías. Según explicaron este lunes los dos organismos impulsores del laboratorio, «la investigación marina necesita cada día más información medioambiental, con mejores resoluciones temporales y series de datos más largas. Los métodos tradicionales no son adecuados para ecosistemas marinos con dinámicas muy lentas. Con la adquisición continua de datos durante largos periodos es posible detectar cambios climáticos a la vez que acontecimientos singulares».
La contaminación del litoral mediterráneo será estudiada in situ en el primer laboratorio submarino que se pone en marcha en España.
El bautizado como Observatorio Submarino Expandible (Obsea), instalado a tres millas de la costa de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), a 20 metros de profundidad, transmite en tiempo real a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) series de datos recogidos en el suelo marino, lo que permite estudiar el fondo del Mediterráneo a través de Internet.
Los investigadores Antoni Manuel, de la UPC, y Juanjo Dañobeitia, director de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, artífices del proyecto, creen que esta plataforma podrá estudiar «desde tenues variaciones en la temperatura y/o salinidad del agua, hasta señales acústicas procedentes de fuentes naturales para evaluar la contaminación acústica, así como la polución por residuos o el tránsito marítimo». Además, está previsto que en el futuro, según los científicos, podría utilizarse en la identificación de «riesgos geológicos, como la detección de terremotos y tsunamis, la monitorización de fallas sísmicas activas, erupciones volcánicas y desplazamientos submarinos, el estudio de la circulación oceánica, la variación del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos».
El observatorio puede aportar datos relevantes a su vez para el estudio del cambio climático, las interacciones físicas, químicas y biológicas que afectan a los organismos y ecosistemas marinos, los efectos ambientales provocados por los medios de transporte marítimos y el tránsito de los barcos en el puerto y la seguridad en el transporte de mercancías. Según explicaron este lunes los dos organismos impulsores del laboratorio, «la investigación marina necesita cada día más información medioambiental, con mejores resoluciones temporales y series de datos más largas. Los métodos tradicionales no son adecuados para ecosistemas marinos con dinámicas muy lentas. Con la adquisición continua de datos durante largos periodos es posible detectar cambios climáticos a la vez que acontecimientos singulares».
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