Es el caso de Zaragoza, donde la contaminación por CO2 ha bajado en el 2011.
Con datos referenciados en el 2010, Zaragoza ha reducido en un 15% las emisiones de dióxido de carbono en el transporte. Una disminución que alcanza el 7,5% si se considera en términos globales. No es baladí, ni la cifra ni el concepto, ya que la limpieza atmosférica tiene implicaciones de calidad de vida que no afectan exclusivamente a la salud. La reducción de este peligroso contaminante se atribuye en ese periodo de estudio al tremendo aumento del uso de la bicicleta y a la peatonalización de algunas zonas de la ciudad. Si esperamos resultados del 2011 habrá que incluir la puesta en marcha del tranvía que --según estimaciones-- podrá aumentar la reducción de estas emisiones del transporte en un 20%. Precisamente la disminución que exige la UE para el 2020. Una ciudad limpia es más habitable, ese debe ser el objetivo.
Con datos referenciados en el 2010, Zaragoza ha reducido en un 15% las emisiones de dióxido de carbono en el transporte. Una disminución que alcanza el 7,5% si se considera en términos globales. No es baladí, ni la cifra ni el concepto, ya que la limpieza atmosférica tiene implicaciones de calidad de vida que no afectan exclusivamente a la salud. La reducción de este peligroso contaminante se atribuye en ese periodo de estudio al tremendo aumento del uso de la bicicleta y a la peatonalización de algunas zonas de la ciudad. Si esperamos resultados del 2011 habrá que incluir la puesta en marcha del tranvía que --según estimaciones-- podrá aumentar la reducción de estas emisiones del transporte en un 20%. Precisamente la disminución que exige la UE para el 2020. Una ciudad limpia es más habitable, ese debe ser el objetivo.
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