El Instituto de Estadística de Andalucía coloca al tráfico terrestre como fuente principal de ruido con efectos en las viviendas.
Embotellamientos, coches-discotecas, obras, actividades industrial o botellones. La contaminación acústica que Huelva genera a diario alcanza de lleno a una cuarta parte de las viviendas onubenses. Según el último informe realizado por Instituto de Estadística de Andalucía sobre 'Hogares y Medio Ambiente', el 24,8% de las 183.775 viviendas contabilizadas padecen algún problema de ruido y, aún así, Huelva queda por debajo de la media andaluza (31,4%) y se sitúa entre las tres capitales andaluzas con menos problemas.
En esta estadística, el tráfico terrestre se coloca como la fuente de ruido que más ataca a los onubenses, con un 10,4%, seguido de los sonidos de origen mecánicos (obras fundamentalmente). Los hogares no se libran de las molestias que provocan los propios vecinos, que ocupan el tercer puesto, con un 6%, ni tampoco de actividades de ocio y comerciales, aunque en menor medida (2,1%).
Dentro del tráfico terrestre, la principal fuente de contaminación acústica son los automóviles y turismos (50,11%), seguido de las motos y motocicletas (19,2%) y del tráfico de camiones y autocares (6,2%) y, en menor medida, camiones de basura (2,6%), vehículos especiales como ambulancias y coches de la Policía (1,7%) y apenas, significativo, (menos del 1%) los trenes.
El estudio realizado por el Instituto de Estadística andaluz analiza además las reacciones de las personas afectadas ante la contaminación acústica, que suele ser escasa. La respuesta más habitual ante este tipo de problemas entre los onubenses es dar una queja directa ante el causante de los ruidos (18,2%) y sólo un 5% se decide a presentar alguna denuncia.
Un porcentaje levemente más alto de hogares (el 25,25) padece además problemas de olores . En este caso, el ranking lo encabezan las actividades económicas (explotaciones agrarias, pesca, talleres, o comercios de alimentación) , con un 12,1%, seguido de cerca por los olores procedentes de tuberías y saneamientos y, en último lugar, aquellos que desprenden los contenedores de residuos (1,7%). Los onubenses responden de forma similar ante estas situaciones y el 16,7% de los afectados eleva la correspondiente protesta al causante.
En cuanto a los hábitos de los onubenses para reducir el consumo de agua, la encuesta viene a confirmar que en el 97,4% de los hogares ha tomado ya por norma alguna rutina. Entre las prácticas más comunes, destacan el mantener una botella de agua en la nevera (70,4%), descongelar la comida (80,7%), esperar a tener lleno el lavavajillas o lavadora para ponerlo en funcionamiento (65,4%)o colocar una papelera en el cuarto de baño (78,5%). En el 21,3% de los hogares se recicla el agua, en un 31,6% se llenan los senos del fregadero y sólo el 14,1% de los onubenses reduce el caudal de agua de los grifos.
Por otra parte, el 75,5% de las viviendas cuenta con al menos un dispositivo para ahorrar el consumo de agua, siendo el más común el grifo monomando o termostático (70,6), mientras que sólo un 8,1% cuenta con otros dispositivos para economizar y un 28,6% con limitadores de descarga para la cisterna.
Embotellamientos, coches-discotecas, obras, actividades industrial o botellones. La contaminación acústica que Huelva genera a diario alcanza de lleno a una cuarta parte de las viviendas onubenses. Según el último informe realizado por Instituto de Estadística de Andalucía sobre 'Hogares y Medio Ambiente', el 24,8% de las 183.775 viviendas contabilizadas padecen algún problema de ruido y, aún así, Huelva queda por debajo de la media andaluza (31,4%) y se sitúa entre las tres capitales andaluzas con menos problemas.
En esta estadística, el tráfico terrestre se coloca como la fuente de ruido que más ataca a los onubenses, con un 10,4%, seguido de los sonidos de origen mecánicos (obras fundamentalmente). Los hogares no se libran de las molestias que provocan los propios vecinos, que ocupan el tercer puesto, con un 6%, ni tampoco de actividades de ocio y comerciales, aunque en menor medida (2,1%).
Dentro del tráfico terrestre, la principal fuente de contaminación acústica son los automóviles y turismos (50,11%), seguido de las motos y motocicletas (19,2%) y del tráfico de camiones y autocares (6,2%) y, en menor medida, camiones de basura (2,6%), vehículos especiales como ambulancias y coches de la Policía (1,7%) y apenas, significativo, (menos del 1%) los trenes.
El estudio realizado por el Instituto de Estadística andaluz analiza además las reacciones de las personas afectadas ante la contaminación acústica, que suele ser escasa. La respuesta más habitual ante este tipo de problemas entre los onubenses es dar una queja directa ante el causante de los ruidos (18,2%) y sólo un 5% se decide a presentar alguna denuncia.
Un porcentaje levemente más alto de hogares (el 25,25) padece además problemas de olores . En este caso, el ranking lo encabezan las actividades económicas (explotaciones agrarias, pesca, talleres, o comercios de alimentación) , con un 12,1%, seguido de cerca por los olores procedentes de tuberías y saneamientos y, en último lugar, aquellos que desprenden los contenedores de residuos (1,7%). Los onubenses responden de forma similar ante estas situaciones y el 16,7% de los afectados eleva la correspondiente protesta al causante.
En cuanto a los hábitos de los onubenses para reducir el consumo de agua, la encuesta viene a confirmar que en el 97,4% de los hogares ha tomado ya por norma alguna rutina. Entre las prácticas más comunes, destacan el mantener una botella de agua en la nevera (70,4%), descongelar la comida (80,7%), esperar a tener lleno el lavavajillas o lavadora para ponerlo en funcionamiento (65,4%)o colocar una papelera en el cuarto de baño (78,5%). En el 21,3% de los hogares se recicla el agua, en un 31,6% se llenan los senos del fregadero y sólo el 14,1% de los onubenses reduce el caudal de agua de los grifos.
Por otra parte, el 75,5% de las viviendas cuenta con al menos un dispositivo para ahorrar el consumo de agua, siendo el más común el grifo monomando o termostático (70,6), mientras que sólo un 8,1% cuenta con otros dispositivos para economizar y un 28,6% con limitadores de descarga para la cisterna.
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