Las autoridades locales y estatales están perfectamente informadas del problema: la combustión irregular de miles de autos que transitan lentamente lleva a una gran generación de “precursores” de ozono, los cuales, con la intensa radiación solar de este periodo, se convierten en ese agresivo contaminante, que la tarde del martes obligó a declarar la primera contingencia de la temporada hace dos días.
¿Cómo han sido informadas? Guadalajara y diversas secretarías del Ejecutivo estatal forman parte del Consejo Estatal de Mejoramiento de la Calidad del Aire (Cemaire), el cual analiza y determina las acciones para evitar que se viole la norma en la materia, en perjuicio de la salud de los ciudadanos. Además, desde el año 2008 se emitió un acuerdo de la Semades, que debe ser acatado por los municipios, denominado Plan Primavera-Estiaje, precisamente para prevenir la formación de ozono en la zona de respiración de los seres vivos, la biosfera.
“En la experiencia de años anteriores, en estos tiempos se suelen elevar los niveles de ozono, pero hacia la estación de Vallarta, y ayer [el 21 de abril], nos sorprendió que se presentara en la estación Centro”. Pero no es tan extraño, pues hubo alta radiación solar, escaso viento (que no ayudó a dispersar contaminantes) y el cotidiano andar lento de miles de vehículos, añadió.
Zúñiga Alvarado advirtió que, tanto en el plan de la época como en el de contingencias atmosféricas en vigor, se precisa la necesidad de evitar nudos de circulación de automotores en horas de luz, que es cuando se presenta la reacción fotoquímica para el ozono (O3). Al menos entre las 12:00 y las 17:00 horas, la radiación solar es intensa. La situación se agrava ante el escaso cumplimiento de esquemas de afinación y verificación de vehículos por los particulares (apenas ronda 35 por ciento), precisó la funcionaria, pues parte de las gasolinas salen crudas al exterior de los motores.
Es decir, todo sería prevenible —el estado óptimo de los automotores y el cambio en horarios de cierre de calles o carriles de circulación—, salvo la radiación solar, que es la que desata el proceso si existen los elementos necesarios en la atmósfera y si el viento no dispersa esos componentes. La realidad es que la actividad humana mal regulada es factor de riesgo, admitió.
“Todos los niveles de gobierno están informados sobre la necesidad de no hacer obra pública en horas conflictivas para el tránsito, en detener vehículos que contaminen ostensiblemente y en regular las fuentes fijas que emitan contaminantes fósiles […] Todas las dependencias propusieron y avalaron las acciones del plan y se reúnen mensualmente en el Cemaire para evaluar información y tomar acciones para remediar los problemas”, puntualizó.
Ecología, ajena al programa
Tanto el director de Ecología tapatío, Eduardo Catalán Domínguez, como el director de Obras Públicas, Ricardo Oliveras Ureña, se mostraron ajenos al convenio que firmó el ayuntamiento con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades) con relación al Plan Primavera-Estiaje, el cual supone que no realizarían obras que produjeran congestionamientos vehiculares entre el 15 de abril y el 15 de junio, precisamente para minimizar los daños ambientales.
En cambio, Catalán atribuyó la contingencia ambiental de este martes al polvo de las obras y al humo de los coches, a pesar de que, según la Semades, no se trataba de partículas suspendidas, sino a ozono producido por los autos. La solución de Catalán fue recomendar a Obras Públicas que regaran las calles abiertas para que no se levantara la tierra.
Por su parte, Oliveras señaló que Ecología era el área la indicada para advertir a Obras Públicas de tal convenio, aunque justificó que el programa de las obras debió comenzar en noviembre y terminar en marzo, lo cual no fue posible debido a que se llegó a un acuerdo con los comerciantes para postergar las obras y proteger las ventas navideñas. Él sugirió destinar más elementos de Vialidad, porque hay vías alternas subutilizadas.
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