PEKÍN. La sucesión de accidentes contaminantes en sus aguas está agudizando el problema de abastecimiento de China, un país que sostiene un 20 por ciento de la población mundial con sólo el 7 por ciento de los recursos hídricos disponibles en la Tierra.
Con estos datos, según Naciones Unidas, cada ciudadano chino dispone de 2.138 metros cúbicos de agua al año, cuatro veces menos que la media de los países desarrollados.
Por su distribución geográfica y los distintos climas que acoge, la distribución interna del agua en China tampoco es equilibrada, con un norte árido y a menudo semidesértico, y un sur tropical y sujeto a monzones.
El gigante asiático vive las peores inundaciones desde hace doce años, que ya han dejado más de 1.500 muertos y desaparecidos, pero no puede garantizar el suministro en todo el país.
Sin embargo, el Gobierno chino se muestra incapaz de ordenar el mapa hidrográfico más allá de obras faraónicas, como la presa de las Tres Gargantas, en el curso del Yangtsé, o el futuro Eje de Desviación de Aguas Sur-Norte previsto para 2014, y ve cómo proliferan sin remedio los accidentes.
En las últimas semanas han aparecido mareas negras en las costas, plagas de algas y fertilizantes que cubrieron miles de kilómetros cuadrados o escapes residuales que mataron toneladas de peces, entre otros sucesos.
China es uno de los países más contaminados del mundo, debido en gran parte a la acelerada industrialización que ha vivido el país, cuya riqueza se ha construido a costa de explotar recursos sin ningún tipo de control o supervisión.
Las últimas estadísticas oficiales señalan que los accidentes medioambientales se han multiplicado por dos respecto al año pasado, con 102 sucesos sólo en los seis primeros meses de 2010.
El Ministerio de Protección Ambiental presentó la semana pasada los resultados demoledores de un estudio oficial llevado a cabo este año en miles de muestras de las aguas de superficie del país.
Así, según la valoración oficial, sólo el 49,7 por ciento de las aguas es apto para el consumo y el 26,4 por ciento es absolutamente inservible para cualquier uso humano y se destina a la industria.
De hecho, más de un centenar de las 600 mayores ciudades de China sufren cortes regulares y otras 400 viven problemas temporales de suministro según la temporada.
La industria pesada y la actividad agrícola, que abusa de pesticidas y fertilizantes industriales, son las causas principales del deterioro del agua, además de en las pobres medidas de aprovechamiento, ya que sólo el 38 por ciento del agua se trata para poder ser reutilizada.
Greenpeace estima que cerca de 100 millones de chinos -uno de cada catorce- realiza sus actividades cotidianas (cocinar, beber, lavarse) con aguas contaminadas que afectan directamente a su salud.
A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifró en 100.000 las muertes anuales que China sufre por enfermedades directamente relacionadas con la polución de sus aguas.
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