En el Día Mundial del Aire Puro, organizaciones de la sociedad civil alertaron sobre la necesidad de contar con leyes que protejan a la población de la exposición al humo de tabaco ajeno, principal causa de contaminación del aire en los lugares cerrados.
También reclamaron a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y a la de la Provincia de Buenos Aires que modifiquen sus leyes de control de tabaco para hacerlas de ambientes 100% libres de humo, y aseguraron que estas medidas evitarían la muerte de 6 mil personas al año.
La Alianza Libre de Humo de Tabaco Argentina ALIAR reconoció ayer la importancia de que la población tome conciencia acerca de los graves daños para la salud que ocasiona la exposición al humo de tabaco ajeno en los lugares cerrados y se impulsen legislaciones de ambientes 100% libres de humo de tabaco. Es evidente y existe un consenso generalizado acerca de la gravedad de la contaminación del aire producida por fábricas o industrias.
Sin embargo, en el Día Mundial del Aire Puro, es necesario llamar la atención sobre la incidencia en la salud pública de la contaminación ambiental de espacios interiores con humo de tabaco. Está bien probado que establecer políticas públicas y modificar prácticas sociales que eliminen la contaminación con humo de tabaco ajeno en ambientes interiores es muy efectivo, económico y fácil de implementar.
Las personas en las ciudades pasamos el 80 % de nuestro tiempo en ambientes cerrados. Por cada muerte causada por la contaminación ambiental general como el smog, mueren 30 personas por respirar humo de tabaco ajeno. La Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires representan más del 50% de la población del país y por ello deben contar con legislación efectiva para proteger la vida y no con leyes hechas a la medida de la industria tabacalera.
Políticas eficaces
Para Verónica Schoj, coordinadora nacional de ALIAR, “Las políticas de ambientes 100% libres de humo de tabaco son medidas eficaces para reducir drásticamente el número de muertes por exposición al humo de tabaco ajeno. No se pueden aceptar las falsas soluciones propuestas por la industria tabacalera como son las separaciones en espacios para fumar y no fumar o los sistemas de ventilación. Ellos las impulsan porque saben que son ineficaces para bajar el consumo de tabaco y la exposición al humo ajeno”.
Según un estudio de polución ambiental por humo de tabaco llevado adelante por esta organización, los niveles de contaminación y la calidad del aire registrados en los sectores para no fumadores demuestran que las separaciones estructurales y los sistemas de ventilación no son eficaces.
Marita Pizarro, coordinadora de esta investigación, afirmó que “hemos comprobado que en los sectores para no fumadores de bares o restaurantes, el aire es entre dos y tres veces de peor calidad que el que se respira en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires en hora pico.
Remarcó que “el humo no respeta tabiques ni puertas, y los sectores para fumar, contaminan los sectores supuestamente libres de humo. Una política clara y concisa de ambientes libres de humo de tabaco en todos los lugares públicos y laborales es una herramienta básica de salud que proteja la vida de todos los trabajadores”.
Luego de la implementación de legislación que establece ambientes 100% libres de humo de tabaco la contaminación prácticamente desaparece de lugares que antes de la normativa tenían una alta concentración de tóxicos mortales. Según estudios de diferentes organismos internacionales, universidades y hasta de la propia industria tabacalera el humo de cigarrillo está compuesto por materiales cancerígenos, mutágenos y tóxicos como el arsénico, cianuro, monóxido, tolueno, cadmio, formaldehído, polonio y órganos fosforados.
También reclamaron a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y a la de la Provincia de Buenos Aires que modifiquen sus leyes de control de tabaco para hacerlas de ambientes 100% libres de humo, y aseguraron que estas medidas evitarían la muerte de 6 mil personas al año.
La Alianza Libre de Humo de Tabaco Argentina ALIAR reconoció ayer la importancia de que la población tome conciencia acerca de los graves daños para la salud que ocasiona la exposición al humo de tabaco ajeno en los lugares cerrados y se impulsen legislaciones de ambientes 100% libres de humo de tabaco. Es evidente y existe un consenso generalizado acerca de la gravedad de la contaminación del aire producida por fábricas o industrias.
Sin embargo, en el Día Mundial del Aire Puro, es necesario llamar la atención sobre la incidencia en la salud pública de la contaminación ambiental de espacios interiores con humo de tabaco. Está bien probado que establecer políticas públicas y modificar prácticas sociales que eliminen la contaminación con humo de tabaco ajeno en ambientes interiores es muy efectivo, económico y fácil de implementar.
Las personas en las ciudades pasamos el 80 % de nuestro tiempo en ambientes cerrados. Por cada muerte causada por la contaminación ambiental general como el smog, mueren 30 personas por respirar humo de tabaco ajeno. La Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires representan más del 50% de la población del país y por ello deben contar con legislación efectiva para proteger la vida y no con leyes hechas a la medida de la industria tabacalera.
Políticas eficaces
Para Verónica Schoj, coordinadora nacional de ALIAR, “Las políticas de ambientes 100% libres de humo de tabaco son medidas eficaces para reducir drásticamente el número de muertes por exposición al humo de tabaco ajeno. No se pueden aceptar las falsas soluciones propuestas por la industria tabacalera como son las separaciones en espacios para fumar y no fumar o los sistemas de ventilación. Ellos las impulsan porque saben que son ineficaces para bajar el consumo de tabaco y la exposición al humo ajeno”.
Según un estudio de polución ambiental por humo de tabaco llevado adelante por esta organización, los niveles de contaminación y la calidad del aire registrados en los sectores para no fumadores demuestran que las separaciones estructurales y los sistemas de ventilación no son eficaces.
Marita Pizarro, coordinadora de esta investigación, afirmó que “hemos comprobado que en los sectores para no fumadores de bares o restaurantes, el aire es entre dos y tres veces de peor calidad que el que se respira en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires en hora pico.
Remarcó que “el humo no respeta tabiques ni puertas, y los sectores para fumar, contaminan los sectores supuestamente libres de humo. Una política clara y concisa de ambientes libres de humo de tabaco en todos los lugares públicos y laborales es una herramienta básica de salud que proteja la vida de todos los trabajadores”.
Luego de la implementación de legislación que establece ambientes 100% libres de humo de tabaco la contaminación prácticamente desaparece de lugares que antes de la normativa tenían una alta concentración de tóxicos mortales. Según estudios de diferentes organismos internacionales, universidades y hasta de la propia industria tabacalera el humo de cigarrillo está compuesto por materiales cancerígenos, mutágenos y tóxicos como el arsénico, cianuro, monóxido, tolueno, cadmio, formaldehído, polonio y órganos fosforados.
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